Hay que beber a lo largo del día sin que se tenga, aparentemente, necesidad de ello.
Cuando sientes sed ya hay un 1% de deshidratación. Si llegas al 2% aparece cansancio y si la deshidratación alcanza el 4% notas somnolencia, apatía, náuseas, mal humor…
El sistema digestivo es también muy sensible a la falta de agua, ya que la necesita para digerir los alimentos –la mucosa del estómago está formada en un 98% por agua-, por eso en caso de deshidratación pueden aparecer estreñimiento o acidez. Una forma sencilla de saber si tomas suficiente agua es observar el color de la orina: Si es dorado oscuro es que debes beber más, ya que, de lo contrario, obligarás a tus riñones a trabajar en exceso.
El 61% de los españoles solo bebe agua cuando siente la sensación de sed.
Para asegurar la cantidad mínima recomendada a diario, empieza bebiendo un gran vaso de agua por la mañana, en ayunas. Te ayudará a limpiar el estómago e hidratarte después de varias horas sin aporte de líquido. A lo largo del día bebe un par de vasos antes de cada toma o acaba cada comida con una infusión. Y recuerda que no debes esperar a tener sed. Otra manera de no “olvidarte” es asociarlo a otros hábitos: Por ejemplo, cada vez que llegues a casa toma un vaso grande de agua.
2 comentarios:
"the flowers are all right"...1?...
Imprescindible ese líquido elemento.
Yo lo que hago es tener en el trabajo una botella pequeña con agua, y bebo en pequeños sorbos. Así tacita a tacita.... me la bebo sin enterarme.
saludos.
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