Un día de playa

Pues aunque este año no me voy de vacaciones a ningún lugar, al menos si estoy disfrutando de algunos días de ocio.  Ya os conté que estuve unos días en la sierra y después de eso he estado en la playa varias veces pasando el día.

El jueves estuve en la playa, ya dije el día antes que iría.  Cuando llegué a casa por la noche eran casi las 2 de la mañana, y es que me encanta pasear por Sanlúcar de Barrameda por la noche.  Hace años que voy a allí, es un lugar que me gusta mucho, pero tengo que decir que este año veo el agua mas sucia que nunca, o al menos en la parte donde suelo ponerme siempre.

Por la noche estuvimos en el centro, y estaba a revienta caldera, joooo, yo veía tanta gente que me preguntaba que si allí la crisis no había llegado.  Es increíble como estaban las terrazas de los bares del centro.

Una cosa que me encanta es pasearme por los puestecillos donde venden bisutería, ropa y artículos de piel.  Mi hermana y yo disfrutamos de lo lindo mirando cosas y parándonos en todos los puestos,  de todos modos a esos sitios hay que ir sin hombres porque sino te están achuchando y no te dejan ver nada.

Hicimos la visita obligada a la Ibense, a tomar un helado después de comer.  A mi particularmente me gusta el helado de menta con trozos de chocolate.

 

 

 

 

Lo peor de  ir a la playa a pasar el día es que cansa mucho, o por lo menos a mi me cansa.  Ayer cuando me levante y vi todas las cosas por medio, las toallas, la nevera, etc..., casi me da algo, así que me puse manos a la obra y a empezar a recoger, y a quitar arena de la playa que siempre viene pegada en casi todo lo que llevas. 

Entre el cansancio del día antes y el lote de trabajar de ayer, acabé molida, tanto, que me acosté tempranísimo, y eso es raro en mi porque yo siempre me acuesto muy tarde.

Otra cosa, dicen que el mundo es un pañuelo, pues a veces lo parece, porque me encontré con alguien a quien hacia mucho tiempo que no veía.